La sangría es una bebida bien clásica en los meses de calor, aunque también podemos consumirla en invierno como vino caliente y es ideal para pasar los días de mucho frio. Está muy arraigada, junto a los Tintos de Verano a la tradición española, es una combinación que goza de fama internacional, inclusive en Argentina supo ser un clásico en los ’80, ahora bastante olvidada, pero los que peinamos algunas canas, la recordamos muy felizmente. En España ambas bebidas tienen un un exceso de fama, diría yo, que es el que lleva al abuso en multitud de chiringuitos y bares de la costa, donde a los turistas se les sirven unas jarras de contenido inclasificable, de tan baja calidad como los arroces a los que suelen acompañar. Los peores detractores de ambas bebidas que son fantásticas, es el mal uso del vino base, que debe ser sin lugar a dudas, un vino joven y fresco, pero de buena calidad. No invertir en el vino, da como resultado dos pésimos brebajes, en algunos casos, intomables.

Aunque ambas bebidas tienen un mismo origen, son muy diferentes en sus ingredientes. Ideales para los días de mucho calor (y también de mucho frio si la sangría se sirve caliente), son excelentes aliados para sentarse a pasarla bien, en la pileta o en una sobremesa en esos días que derriten.

No vamos a darle más vueltas y te revelo el secreto fundamental que las diferencia y que se esconde en la receta. Mientras que el tinto de verano solo precisa vino tinto, gaseosa (ideal Seven Up o Sprite), frutas cítricas y montones de hielo, la sangría es algo más compleja. Esta última incorpora un ligero toque de Vermuth, así como abundante vino tinto, azúcar negra, canela y vainilla en rama. Además, en Argentina se elabora con cocción. Después podes servirla fría o caliente.

De todas maneras existen numerosas recetas para preparar ambas bebidas.  Mi abuelo, por ejemplo,  preparaba un Tinto de verano con –por entonces- la “Mirinda”, que sería como una Fanta actual.

Elegir la mejor de las dos no es fácil y, seguramente, todo se reduce a una cuestión de gustos. ¿Quieres que te ayude a aclararte?

– ¿Te gusta el sabor a fruta con un toque ácido o preferís el dulzor? Si te quedas con la primera opción, anotá un punto a favor del Tinto de verano, porque que al incorporar gaseosa, resulta muchísimo más suave y drinkeable. Ahora, si lo preferís mas vinoso y dulce, la Sangría, a causa del azúcar, el Vermuth y las especias dulces, entra con muchísima más fuerza.

A continuación te paso las dos recetas, para que las hagas en casa. Recordá que si a la Sangría la servís caliente, también es un magnifico cóctel de invierno, y por ultimo: siempre, pero siempre elegí un vino de buena relación calidad precio, nada de mezquinar con ninguna de las dos bebidas, porque después lo va a acusar tu cabeza.

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