Hace catorce años, provenientes de Tucumán, una familia dedicada al cultivo y producción de la caña de azúcar, a la agricultura (producción de soja y maíz) y tomó la decisión de involucrarse en la producción de uvas en Mendoza. Tomando como base uno de los terruños más prestigiados de Mendoza, Agrelo, Bodega Budeguer inició un proyecto innovador que, si bien fue alumbrado con un objetivo vitícola; se terminó de concretar con la construcción de una bodega propia, dominada por la elaboración de vinos drinkhabilitys, que proponen un viaje a la complejidad a través del respeto por la fruta; la redondez, la armonía y si se me permite el neologismo, la tan apreciada “bebibilidad”.

La bodega actualmente posee viñedos en Maipú (75 hectáreas), Agrelo (40 hectáreas) y La Consulta, en Valle de Uco. Inicialmente solo produjeron uvas que vinificaban en bodegas contratadas, de modo que comenzaron a montar su propia bodega. La bodega se encuentra hoy emplazada en Agrelo, Lujan de Cuyo.

El pasado 8 de noviembre, tuvimos la oportunidad, gracias a las gestiones de Tres Primos Distribuidora; de participar de una experiencia global de degustación de todo su porfolio, y disfrutar la presencia de María Mendizábal, embajadora de marca de la bodega, Mejor Sommelier argentina 2006.

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María, en persona guió con toda su experiencia como formadora, una degustación que también fue una master class sobre vinos. 60 asistentes, escucharon atentos cada palabra, bebieron todo el porfolio, y aprendieron conceptos nuevos, que siempre se transforman en ese plus invaluable, que no siempre se aporta en una presentación de marca.

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La presentación se organizó en las instalaciones del salón de eventos Punto Aparte, y se dividió en tres flights (vuelos). Cada uno de ellos pensado para que los asistentes pudiéramos degustar el mismo varietal o varietales afines en cada una de las diferentes líneas que actualmente propone la bodega.

Primer vuelo:

El primer vuelo estuvo dominado por los blancos. Se descorcharon: Plan B Sauvignon Blanc, Plan B Chardonnay  (línea joven) y Tucumen Chardonnay.

Siempre tengo un Plan B Sauvignon Blanc 2016: la fruta proviene de los viñedos que la bodega posee en Maipú, un terruño donde la base de suelos es pedregoso. Este suelo es ideal para la elaboración de vinos jóvenes porque la insolación absorbe mucho calor y ese calor refracta en la uva, colaborando con una maduración gradual pero rápida. El Sauvignon Blanc mostró su típico amarillo pálido con reflejos verdosos. Al girar la copa una nariz expresiva dejo aparecer algo de tropicalidad con el ananá. La infaltable nota herbal de ruda, un costado cítrico muy persistente de pomelo blanco, y algo lichi, un descriptor algo más habitual en algún torrontés moderno.

En la boca el recorrido de Sauvignon Blanc fue fresco y equilibrado, con un ataque seco, un medio de boca de acidez marcada pero para nada no invasiva, alcohol equilibrado y su caudalía corta característica.

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Seguimos con Plan B Chardonnay, añada  2016: un chardo bastante típico que tampoco tuvo contacto con el roble. La fruta, también maipucina. De tonalidad dorada y reflejos verdosos, nos invita a beberlo ya desde la nariz, por su característica aromática tropical donde predominan las notas a banana madura y durazno blanco; algo de pera y manzana dulce se cuelan con un atractivo toque floral que le aporta complejidad. En boca aparece levemente mineral y muy refrescante, con un ataque más dulce que el Sauvignon Blanc, y un recorrido que permite disfrutar de un medio de boca con una acidez consistente, algo más alcohólico y con una persistencia mayor.

Tucumen Reserva Chardonnay 2015: a través de este vino, Budeguer nos invita a vivir la complejidad en un blanco. El 30% de la masa estuvo en contacto con roble francés y americano durante 12 meses. De color amarillo dorado pálido con tonos verdosos intensos propios de los blancos que pasan por barrica, de aromas intensos y frutados  (fruta más madura donde destaca la pera y el durazno) con suaves ahumados que le suman complejidad. La entrada en boca es más golosa que sus predecesores, en el retrogusto se perciben vainilla y caramelo. Aparece el durazno blanco, flores de azahar y miel. Destaco en este vino su elegancia y untuosidad. Un dato para los amantes de la línea: la añada 2015 es más tropical que la 2016.

El chef responsable del área de la cocina de Punto Aparte,  José Cufré,  elaboró para acompañar este primer vuelo de blancos unos dips de guacamole, que se sirvieron junto con quesos blancos de pasta semi dura, almendras, nueces y castañas, y una selección de panes horneados artesanales.

Segundo vuelo:

Después de un breve descanso, pasamos al segundo vuelo de la noche. María nos presentó los tintos clásicos de la bodega elaborados sobre las variedades Malbec y Cabernet Sauvignon, en sus estilos joven y reserva. Mientras se van sirviendo los vinos, nos cuenta sobre el espíritu del entry level, que tanto dio que hablar en nuestra ciudad con su lanzamiento: la línea Plan B. El mensaje que la bodega busca expresar, es muy elocuente en su retroetiqueta.-

“Siempre hay una alternativa, una oportunidad, una forma distinta de verlas COSAS. Uvas, aromas, perfumes y maridaje obligados no no, nada de eso… solo sensaciones momentos y mucha fantasía para poder elegir, disfrutar y sentir en libertad. Sin ataduras ni convencionalismos. Tener siempre un Plan B significa cambios y modificación y renovación permanente. Porque cambiar nos mantener jóvenes, frescos y vivos. Otro vino, otro plan, otra forma de tomarse la vida”

La primera copa que disfrutamos fue Plan B Malbec 2016: exponente terroso, ligero y con un nervio interesante. Definido por las notas del fermento fresco, la fruta roja de carozo y un toque floral a violetas, se perfila como un vino cotidiano pero encantador. 70% es vino fresco, sin contacto con roble,  y 30% tiene contacto con barrica de tercer uso para darle un toque de ahumados suaves. Plan B Malbec ataca semidulce, muestra un medio de boca levemente astringente con preeminencia de acidez (frescura ideal que lo transforma en un vino perfecto para una nochecita con unos 30° en casa).

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Siempre tengo un Plan B Cabernet Sauvignon. En este Cabernet, los clásicos frutos rojos se mezclan con una nariz discretamente animal (algo de cuero), y sutilmente piracinica. En boca muestra consistencia y cuerpo. Se transforma en un vino denso, con un ataque preponderantemente seco y un medio de boca con buena acidez (aunque menor a la del Malbec) y taninos agradables y con una mayor persistencia y una nota ahumada aportada por el roble.

Tucumen Reserva Malbec: Pasamos al hermano mayor del porfolio Budeguer. Tucumen aparece como un vino más maduro, elegante y equilibrado. La copa rebosaba de evocaciones a frutas maduras de carozo (cerezas, ciruelas)  y a bayas negras ácidas como las Moras. Con una sutil nota floral de violetas y rosas, típicos de esta variedad, se tradujo en un vino que aporta una complejidad sin ser solemne. Sus recuerdos de vainilla y café, también proporcionados por su crianza en barricas de roble, le aportan un plus de complejidad interesante. Para la cotidianeidad y para la larga charla. Impacta la persistencia aromática en copa.

Tercer vuelo:

Tucumen Cabernet Sauvignon 2013: Iniciamos el tercer vuelo con los tintos más intensos y tánicos. Se sirvió para comenzar el Cabernet 2013 de la línea Tucumen reserva. La fruta proviene de viñedos de Agrelo y Maipú (Lujan de Cuyo). Se muestra muy balsámico (eucaliptus sobe todo!), completo y jugoso. En boca, aparece un retrogusto picante de pimienta negra, e inclusive algo de anis que recuerda al caramelo media hora. Los pimientos (el típico morrón rojo de los cabernets) no están tan presentes en este vino. En boca es semi seco y muy delicado. Con un claro impacto que resalta sus taninos redondos.  La barrica le aporta notas de tostado, vainilla y caramelo. El 100% de este vino tuvo paso por barrica de roble francés y americano de 2do uso durante un año.

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Tucumen Ancelotta 2016: La Ancellotta es una variedad tinta de origen italiano, plantada principalmente en la región de Emilia Romagna donde integra los cortes de algunos Lambruscos. En Argentina hay más de 700 hectáreas cultivadas, multiplicándose su superficie diez veces desde 2015. Bodega Budeguer cuenta con ésta variedad en sus viñedos de Agrelo, Luján de Cuyo. Tucumen Reserva Ancellotta está integrado por 93% Ancellota y 7% Malbec. Un tinto con frescura y mineralidad. Tiene solo una crianza de 6 meses de barrica, lo que le da menos cuerpo.  Un vino rojo rubí con reflejos muy oscuros, casi negros. Los antocianos tiñen las lagrimas que caen pesadamente, con descenso lento. Eanamoró a todos los presentes.

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Acompañamos este segundo vuelo con pizzetas artesanales elaboradas con jamón crudo y alioli gratinado y tomates frescos con albahaca.

Cuarto vuelo:

Cuatromil Malbec: Este vino cuyo nombre es un homenaje a la provincia de Tucumán de donde proviene la familia Budeguer, es un blend de malbecs que provienen de dos regiones muy definidas en cuanto al terruño y sus características: La Consulta, Valle de Uco, (el 90%) y  Agrelo, Lujan de Cuyo (el 10%).  Las plantas de La Consulta tienen  más de 80 años. La bodega tiene contratos de largo plazo con la finca de donde proviene la uva para elaborar este gran vino argentino. El trabajo enológico detrás de esta etiqueta es inmenso. Desde los equipos que trabajan los viñedos para llegar a un malbec partida limitada que solo se produce si la añada es la esperada; hasta la elaboración cuidada en bodega. Un tinto de gran complejidad. Con una nariz ahumada y frutal, donde abundan los frutos rojos y negros, como la guinda, el cassis. Aromas terrosos, que expresan algo de mineralidad y una boca impactante, que sin ser tánica ni monolítica, se comporta como un vino robusto ataca dulce, el medio de boca es balanceado y posee una intensidad importante, pero de paso grácil y divertido. Los 18 meses en barricas de roble sin uso previo le definen la estructura y el estilo. Cuatromil es un vino al que hay que darle aire, tiempo y una gran conversación.

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El cuarto vuelo fue servido en compañía de un Raviolón frito de ossobuco con salsa de morrones asados, un baguettin de cerdo especiado, cebolla confitada y queso azul.

Quinto vuelo:

Tucumen Extra Brut

La noche terminó con las clásicas burbujas. En este caso, María presento el champenoise de la bodega que tantas satisfacciones les trajo desde que entro al apretado mundo de los espumosos argentinos. La elaboración se realiza sobre un corte inicial de Pinot y Chardonnay con el dosaje de azúcar clásico argentino: extra brut.

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