Si estás guardando una botella especial en tu casa que te gustaría tomar en compañía de ese buen plato que prepara aquel restaurante que tanto te gusta visitar; está bueno que sepas que, avisando antes, podrías llevarlo y descorcharlo allí.
Esta práctica se conoce como «descorche « y -afortunadamente-, es cada vez más común en Bahía, .¡eso si! no te mandes sin averiguar antes porque, aunque sea habitual, no es obligatorio ofrecerla. Si ante tu solicitud se niegan, no te enojes: están en su derecho. No todo el mundo tiene la misma capacidad para aggiornarse, y esto va sin ironías. Te recomiendo asesorarte llamando antes. Una llamadita rápida, una pregunta y listo. Si no le podés escapar a uno No rotundo, siempre tenes la libertad de elegir si te sentás o no en esa mesa.
Pero pensemos en positivo. Pongamos como ejemplo un restaurante moderno y canchero, alineado a los tiempos que corren con descorche implementado. ¡Buenísimo! pero ¡OJO! BAJO NINGÚN CONCEPTO, NINGUNO lleves una botella de mediana calidad, o que figure en su carta de vinos. El descorche se admite para botellas especiales y -naturalmente- llevar un vino que esté en la carta del lugar, es una falta de respeto. Ni lo saques de wine bag, vas a hacer un papelonazo.
Por otra parte, cada comercio tiene su propia tarifa sugerida. Si sentís que te están decapitando y te cobran la mitad del valor de la botella… ¡no way!, dejala en tu auto, cená rico, tomate un agua mineral y dale a ese vino el momento que merece en tu casa… de ningún modo tenes que soportar un abuso. Para que tengas una referencia, los precios «normales» por descorche suelen oscilar entre los $50 y los $100 dependiendo el lugar y la onda del propietario. A veces menos, si los propietarios ven en el descorche la oportunidad comercial que significa: atraen clientes del mundo del vino y a la vez, ganan dinero sin desestoquearse.
Te sugiero algo piola: cuando abras esa botella, tené un buen gesto: serví un poco en un copón y llevale ese obsequio a quién esté a cargo del restaurante, en muestra de gratitud por el gesto de permitirte la licencia de abrir un vino fuera de la carta. Quien sabe y quizá obtengas todavía un mejor precio, weateaver, es lindo compartir vino, siempre.
Por último, si te preguntás que hago yo. Te cuento que llevar a un restaurante un vino de mi cava, es una práctica de la que hago uso muy esporádicamente (aunque la considero realmente indispensable si el lugar en cuestión tiene platos sabrosos pero una carta de vinos para el olvido). Cuando elijo donde comer, siempre elijo la experiencia total: el lugar, su cocina, su servicio, la ambientación y por supuesto, la selección de vinos de su carta. Si el restaurante en cuestión me ofrece descorche lo considero moderno y abierto, pero mucho mejor, y mas valioso es, si al abrir el menú de vinos descubro que es mucho más seductor que la botella que llevo.